CAPITULO 5
Otra vez Alberto, el chaval no es que fuera mala persona, pero se volvía a veces pesado, y eso que solo lo conocía de un día, bueno de una tarde, así que imaginaros. Aunque eso se perdonaba porque era guapo. Le salude, le dije, otra vez, lo guapo que estaba y fui a ver a Sergio. Estaba ya abajo, fregando el suelo, como estaba de espaldas:
-A lo mejor de contrato de chacho para mi casa, se te da bien fregar –le dije y me reí, él se dio la vuelta y:-
-¡Alberto! Mira que te dije que no dejaras entrar a ninguna chica que fuese guapísima, que si no, no iba a ligar con ellas porque todos los chicos se le echarían encima –dijo mientras venía hacia mí, me besó en la mejilla. En ese momento se me puso la piel de gallina- Bueno hay que comprobar una cosa de tu vestido –me cogió un mano y me dio varias vueltas-
-¡Que así se me levanta el vestido! –le dije, parando de dar vueltas-
-Pero no se te ve nada, que era lo que había que comprobar. Si no más de uno mirará donde no debe –rió-
-Cerdo –le dije en un tono de enfado, pero no lo estaba-
-Soy un tío se supone que pensamos en esas cosas, además me preocupo por ti –sonrió-
-¡Alberto! Mira que te dije que no dejaras entrar a ninguna chica que fuese guapísima, que si no, no iba a ligar con ellas porque todos los chicos se le echarían encima –dijo mientras venía hacia mí, me besó en la mejilla. En ese momento se me puso la piel de gallina- Bueno hay que comprobar una cosa de tu vestido –me cogió un mano y me dio varias vueltas-
-¡Que así se me levanta el vestido! –le dije, parando de dar vueltas-
-Pero no se te ve nada, que era lo que había que comprobar. Si no más de uno mirará donde no debe –rió-
-Cerdo –le dije en un tono de enfado, pero no lo estaba-
-Soy un tío se supone que pensamos en esas cosas, además me preocupo por ti –sonrió-
Empezamos a prepararlo todo y sobre las once pasadas empezó a venir la gente, hacia las once y media ya estaba el bajo lleno, la música a todo volumen y todos estábamos bailando. Yo solo conocía a Sergio y a Alberto, quien me presentó a unas amigas suyas con la que estuve la mayor parte de la noche, eran súper simpáticas, se llamaban Raquel, Irene, Noelia, estaban en su instituto, aunque en distinto curso.
Toda, toda la noche bailando sin excepción, apenas parábamos a beber algo, o para ir al servicio, incluso nos inventamos un baile nuevo para una canción, y todos como si fuera una coreografía nos pusimos a bailarla.
Toda, toda la noche bailando sin excepción, apenas parábamos a beber algo, o para ir al servicio, incluso nos inventamos un baile nuevo para una canción, y todos como si fuera una coreografía nos pusimos a bailarla.
Mis padres no me dijeron hora para volver, y como llevaba las llaves en el bolso, podría entrar silenciosamente sin que nadie se diese cuenta, además me iría cuando la gente empezase a irse, o cuando me hartase.
En toda la fiesta apenas había visto a Sergio, solo de lejos entre la gente, bailando o sirviendo bebidas, era buen anfitrión. Cerca de las dos, fui a tomarme un descanso, estaba cansada de bailar, además de que estaba roja, como siempre que hago ejercicio, por lo que subí por unas pequeñas escaleras que daban al patio, iba a sentarme en las escaleras que había frente a la puerta de acceso a la casa, cuando vi a alguien sentado allí. Estaba mirando hacia delante, hacia la piscina iluminada, y tenía un chaquetón puesto, no me extrañaba hacía frío y eso que yo venía caliente de bailar.
Conforme me iba acercando pude identificar a la persona que estaba sentada, por lo que sigilosamente fui por detrás, y le de un pequeño empujón para que se asustase. Allí estaba él, allí estaba Sergio.
Conforme me iba acercando pude identificar a la persona que estaba sentada, por lo que sigilosamente fui por detrás, y le de un pequeño empujón para que se asustase. Allí estaba él, allí estaba Sergio.
Me senté a su lado, apoyé mi cabeza sobre su hombro, no dijo nada, solo estaba allí quieto como un maniquí, era extraño en él, por lo que, me puse bien, y el miré. Él que pareció no darse cuenta de mi presencia hasta que le miré, giró la cabeza hacia mí y me sonrió.
-¿Qué te pasa? ¿Salió algo mal en la fiesta? –le pregunté preocupada-
-No, no todo va perfecto
-¿Entonces?, ¿Qué pasa?
-Nada, solo pienso, en profundidad, por eso me quedo así –me sonrió y me abrazó- Ahora que te tengo tan cerca me doy cuenta de que tienes pecas, que guapa ella –dijo mientras se acercaba más para verlas y me tocaba la nariz-
-Y eso que se supone que las morenas no solemos tener pecas, soy una excepción a la regla. –le respondí- No te he visto casi nada por la fiesta –le comenté-
-Es que he estado pinchando un rato, después ocupándome de las bebidas, recibiendo gente y apenas me ha quedado para estar contigo que era lo que quería –confesó-
-Eres buen anfitrión, ¿querías estar conmigo?
-Sí, quería estar contigo toda la noche, bailar contigo, hablar contigo, todo contigo –me dijo mientras me miraba y me sonreía-
-No, no todo va perfecto
-¿Entonces?, ¿Qué pasa?
-Nada, solo pienso, en profundidad, por eso me quedo así –me sonrió y me abrazó- Ahora que te tengo tan cerca me doy cuenta de que tienes pecas, que guapa ella –dijo mientras se acercaba más para verlas y me tocaba la nariz-
-Y eso que se supone que las morenas no solemos tener pecas, soy una excepción a la regla. –le respondí- No te he visto casi nada por la fiesta –le comenté-
-Es que he estado pinchando un rato, después ocupándome de las bebidas, recibiendo gente y apenas me ha quedado para estar contigo que era lo que quería –confesó-
-Eres buen anfitrión, ¿querías estar conmigo?
-Sí, quería estar contigo toda la noche, bailar contigo, hablar contigo, todo contigo –me dijo mientras me miraba y me sonreía-
Me tumbé en sus piernas de modo que al tener la cabeza hacia arriba pudiera verle. Nos quedamos los dos mirándonos, el uno al otro durante un buen rato.
-Alegra esa cara –le dije- Queda mucho noche, o al menos queda tiempo hasta que nos eches, así que, vamos ha hacer lo que querías, vente a bailar conmigo –mientras me ponía de pie y le ofrecía mi mano para que se levantase-
-A ti no te pienso echar –dijo mientras cogía mi mano y se levantaba-
-A ti no te pienso echar –dijo mientras cogía mi mano y se levantaba-
Bajamos, todavía cogidos de las manos, y nos pusimos a bailar, todas las canciones, bailando coordinados, como si fuésemos uno, ajenos a los demás, bailábamos nosotros, para nosotros. Reíamos, bailábamos, hablábamos, nos sonreíamos…Fue en ese momento en el que me di cuenta que simplemente no me gustaba Sergio, era algo más, algo que hasta ahora no me había hecho sentir nadie. No sabía si era amor porque nadie lo había y pocos los siente, por lo que no estaba segura de que era lo que sentía por él, pero me gustaba.
Cuando estábamos exhaustos fuimos a beber algo y después me llevó a la mesa de mezclas, iba a relevar a Alberto y de camino iba enseñarme a mí más o menos como funcionaba. En cuanto él se puso, todo cambió la gente bailaba más, la música era mejor, estaba claro que era mejor DJ que Alberto. Solo de verle, y de la felicidad del momento, no pude dejar de sonreír y reír ni un solo momento.
Sobre las cuatro de la mañana Sergio fue pidiendo a la gente que se fueran yendo, era tarde y él ya estaba cansado y con dolor de cabeza, así que me fui a despedir
-Me voy ¿vale? –le dije-
-No por favor, quédate conmigo esta noche –me dijo con una cara lo más sonriente posible teniendo en cuenta que estaba mal, según él padece jaquecas, y eso duele, y mucho-
-Es que mis padres no lo saben y no se si…-empecé a decir-
-Por favor
-Les dejaré un mensaje en el móvil para que lo sepan, pero si mañana me cae bronca será por tu culpa.
-Iré yo mismo para decirle a tus padres que era culpa mía –me dijo-
-No por favor, quédate conmigo esta noche –me dijo con una cara lo más sonriente posible teniendo en cuenta que estaba mal, según él padece jaquecas, y eso duele, y mucho-
-Es que mis padres no lo saben y no se si…-empecé a decir-
-Por favor
-Les dejaré un mensaje en el móvil para que lo sepan, pero si mañana me cae bronca será por tu culpa.
-Iré yo mismo para decirle a tus padres que era culpa mía –me dijo-
Una vez que ya no hubo nadie más, ni Alberto, nos quedamos solos, le dije de recoger, pero se sentía fatal, por lo que decidimos cerrarlo todo he irnos a dormir. Salimos por las escaleras que daban al patio, y mientras él cerraba esa puerta por la que habíamos salido, yo me acerqué a la piscina, quería probar el agua, aunque fuera principios de febrero quería ver como estaba. Metí la mano y, sorprendentemente estaba caliente, piscina caliente, estaba más que claro que Sergio no tenía problemas económicos.
Como estaba tan buena, me quité los tacones y metí los pies, necesitaba relajarlos, me dolían de tanto tacón y bailando. De repente, me di cuenta, ¿dónde estaba Sergio?, me giré pero no lo vi, así que supuse que estaría dentro y ahora vendría, o ¿pretendía dejarme ahí fuera con el frío que hacía?. El caso es que me quedé allí, jugando con los pies en el agua, moviéndolos, cuando de improviso ¡ZAS! Acabé en el agua. O me había empujado un fantasma o Sergio, y teniendo en cuanta las probabilidades de que un fantasma pudiese empujarme, opté por elegir la opción de que fuese Sergio. Efectivamente estaba ahí de pie fuera del agua mirándome.
-Ahora pensarás meterte tú ¿no?
-La idea es que acabases tú sola en el agua pero si insistes tanto me tendré que meter –me dijo y empezó a quitarse la ropa-
-Eh, eh, ¿Qué haces? La ropa puesta a mi me has tirado al agua con mi vestido –le repuse-
-Eso es verdad –se vistió de nuevo- cuidado que voy –avisó mientras se tiraba de cabeza junto a mi-
-Fui hacia él- ¿A ti no te dolía la cabeza?
-Es que quería que se fuesen y quedarme contigo-confesó mientras esbozaba una sonrisa-
-Maldito mentiroso, no me gustan las mentiras –le advertí-
-Ni a mi mentir, pero si es la forma de conseguir lo que quiero, debo hacerlo, además no hace daño a nadie –me sonrió-
-Bueno y si no es mucho preguntar, ¿Qué es lo que quieres? –le pregunté-
-Se acercó a mí tanto que podía sentir su respiración- A ti
-No dije nada, me quedé parada, mirándole a los ojos, esos preciosos ojos verdes-
-Y lo otro que quería hacer contigo, era esto –se acercó lentamente a mí, rozando sus labios suavemente con los míos hasta dos veces, y tras eso me besó, un beso no largo y brusco, sino corto pero apasionado; me parece que ya sabía lo que sentía por él-
-Deberíamos hacer esto más a menudo –le dije mientras le volvía besar dulcemente-
-La idea es que acabases tú sola en el agua pero si insistes tanto me tendré que meter –me dijo y empezó a quitarse la ropa-
-Eh, eh, ¿Qué haces? La ropa puesta a mi me has tirado al agua con mi vestido –le repuse-
-Eso es verdad –se vistió de nuevo- cuidado que voy –avisó mientras se tiraba de cabeza junto a mi-
-Fui hacia él- ¿A ti no te dolía la cabeza?
-Es que quería que se fuesen y quedarme contigo-confesó mientras esbozaba una sonrisa-
-Maldito mentiroso, no me gustan las mentiras –le advertí-
-Ni a mi mentir, pero si es la forma de conseguir lo que quiero, debo hacerlo, además no hace daño a nadie –me sonrió-
-Bueno y si no es mucho preguntar, ¿Qué es lo que quieres? –le pregunté-
-Se acercó a mí tanto que podía sentir su respiración- A ti
-No dije nada, me quedé parada, mirándole a los ojos, esos preciosos ojos verdes-
-Y lo otro que quería hacer contigo, era esto –se acercó lentamente a mí, rozando sus labios suavemente con los míos hasta dos veces, y tras eso me besó, un beso no largo y brusco, sino corto pero apasionado; me parece que ya sabía lo que sentía por él-
-Deberíamos hacer esto más a menudo –le dije mientras le volvía besar dulcemente-
Estuvimos en la piscina mirándonos, besándonos, hablando, hasta que volvimos a recordar que estábamos en una piscina, y aunque estaba caliente el frío de fuera se notaba, porque entramos rápido a casa. Yo no tenía nada que ponerme para dormir, por lo que me dejó una sudadera suya, y con eso me apañé.
Me fui al baño, me sequé un poco el pelo, me cambié y dejé en el radiador el vestido para que por la mañana estuviera seco. Antes de salir, le mandé el mensaje a mis padres; me peiné, me miré y salí. Me dirigí al cuarto de Sergio y este doy unos pequeños golpes en la cama indicando que fuera allí a dormir con él
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