miércoles, 22 de diciembre de 2010

Capitulo 3.

CAPITULO 3

[…]

Paso aproximadamente una semana sin que nos viéramos, ni siquiera hablar por teléfono. Les conté a mis amigas el día de cine en su casa, y como era de esperar otra vez me dijeron que tenía que haberme lanzado. La verdad es que no sé como se puede ser tan salida y tan “fresca” pero lo cierto es que eran mis amigas y me encantaban ese lado picante que tenían. Además me amenazaron, sí, me amenazaron, dijeron que si pronto no pasaba nada buscarían su casa o su móvil y ellas mismas le llamarían, pero para que quedase con ellas.

La verdad es que soy bastante tímida cuando me da por serlo y me cuesta simplemente sacar una conversación, pero poco a poco tendría que quitarme la timidez de encima por lo que decidí llamarle, y por lo menos ver como iba su cuello y si tobillo. Eso ya era un tema, y si de ahí no salía otro que yo pudiera seguir tendría que inventarme cualquier cosa para poder hablar con él. Estaba decidida, esa misma noche le llamaría.

[..]

Llegada la noche cerré la puerta de mi cuarto, me tumbé en la cama, cogí el móvil y le llamé.

-Digamelón. –dijo-
-Jajaja –me reí- ¿siempre tan gracioso? –le pregunté intrigada-
-Ya lo comprobarás con el tiempo, ¿es que no te gustan lo graciosos? –preguntó-
- Al contrario –le corregí- me encantan los graciosos.
-Bueno, dime…¿a que se debe el honor de tu llamada? –preguntó entre risas-
-Se debe a que quería saber como vas con tu tobillo y tu cuello, además hacía ya tiempo que no hablábamos –le dije-
-Mmm…buena observación querida Watson –reí levemente- Estoy bastante bien, el collarín ya me lo quité ayer, y el tobillo, bueno, ahí está. Por lo menos está pegado donde debe estar.
-Me sigo sintiendo culpable que lo sepas –le confesé-
-¿Tú? Fui yo quien te partió el esquí, ¿recuerdas? Además a culpa fue de tu maligno esquí, fue lo que provocó que a ti se te escapara y que yo me tropezara –me dijo, y tras una breve pausa continuó- Pero debo agradecerle la caída, si no, no te hubiera conocido.
-Gran verdad, gracias maligno esquí –dije en broma y reímos suavemente- ¿Sabes una cosa?, ahora mis padres dicen que tendré que pagar yo el esquí, dicen que fue culpa mía no mirar si la fijación está bien. Y no se de donde voy a sacar el dinero, porque con lo poco que tengo, y lo poco que me dan a la semana, tendré que esperar meses para poder comprármelos.
-De nada –dijo-
-¿De nada? ¿Por qué? Si se puede saber.
-Porque tengo la solución a tu problemilla
-Entonces, sí, gracias. ¿Cuál es tu fantástica idea? –le pregunté intrigada-
-Como ya sabes mis padres están de viaje, y como mi hermano está por ahí perdido en vete a saber que país, estoy aquí más solo que la una. Ahora como soy minusválido temporalmente, mis padres mandan a una chica aquí a casa para que ordene un poco la casa, y me ayude en lo que pueda. Y aquí el hit de la cuestión, en vez de que venga esta chica, bueno esta mujer, ven tú, y así ganarás el dinero más rápidamente además de que harás compañía a un guapísimo chico minusválido.
-Me quedé pensativa un momento, la idea era tentadora y buena, además así podría estar más tiempo con él- La verdad es que es buena idea, pero tú deberías primero decírselo a tus padres, y yo a los míos, porque si no saben de donde saco el dinero se creerán que soy camello o algo así –reímos-
-Pues sabes tú que me gusta a mí la idea de verte como camello ¡eh! –comentó-
-Yo no me veo como camello, sería difícil hablar tan mal, además de peligroso por si te pilla la pasma –dije imitando a los camellos que se ven en las películas-
-Ah eso si que es verdad, si
-Tocan a la puerta de mi cuarto y entra mi hermana- Un momento Sergio –aparté el móvil de la oreja y lo tapé para que él no me oyera- ¿Qué quieres Sofí?
-La cena ya esta terminada –dijo mi hermana entrando bruscamente en la habitación-
-Vale, vale, cierra la puerta al salir, por favor –le dije mientras volvía por el teléfono- Ya está era mi hermana, lo siento. Tan simpática como siempre
-No pasa nada –dijo él- Seguro que será más simpática que mi hermano, era bueno, pero si le salía la vena borde, le salía bien.
-Ah ya te aseguro yo que no, la mi hermana es el odio puro en persona. Por cierto, antes has dicho que tu hermano estaba por ahí, ¿es que no lo sabes?
-Que va, tenía 18 años recién cumplidos cuando se fue de casa, y de eso hace ya 3 años. Y no se donde está por la sencilla razón de que no nos dijo donde se iba, además como hablaba varios idiomas puede irse donde le plazca. La última vez que hablé con él fue hace cosa de un mes, llamó desde un número raro, que no sabía ni a que país pertenecía. La verdad es que le echo de menos, me llevaba genial con él, pero entiendo por que se fue.
-Vaya lo siento, ¿puedo preguntar porque se fue?
-No es secreto de estado. Fue por evitar a mis padres. Son bastante difíciles de tratar sinceramente, yo seguramente cuando termine mi carrera también me vaya por ahí, ha algún país lejano.
-Pues el día que te vayas acuérdate de mí y llévame contigo que yo también quiero irme, donde sea, pero irme –le dije-
-Lo tendré en cuenta angelito –rió levemente cuando de repente se escuchó por mi lado del móvil:
-¡LAURA! ¡QUE TE VENGAS YA! –cuando me quiere mi hermana pensé-
-Me da la sensación de que te llama con mucho amor tu hermana –comentó-
-¿Sí? Ni me había dado cuenta fíjate –dije en un tono irónico- me llama para cenar, debería ir ya.
-Vale, no te preocupes.
-¿Te morirás de hambre si nadie te cocina? O ¿sabes hacerte algo tu solito? –le dije-
-¿Cómo te crees que he sobrevivido esta semana? Que aunque sea chico cocino de lujo, lo que pasa que como no puedo estar mucho en pie, pongo algo congelado en el microondas, y mientras se hace me siento, y cuando está listo, ¡para dentro! –Respondió con seguridad-
-Eso está bien, como diría mi abuela: “eres más apañado que las pesetas” –dije entre risas, y escuché al momento sus risas-
-Mucha razón que tiene tu abuela, soy apañado. Anda ve a cenar que me da que la próxima vez tu hermana cogerá una sierra en vez de chillarte-
-Sí a mi también me lo parece, le preguntaré ahora eso a mis padres. Díselo a los tuyos a ver que les parece ¿no?.
-De acuerdo, mañana te llamo y te digo, y tú me dices. Hasta mañana preciosa –al escuchar eso me sonrojé un poco, no soy precisamente una belleza, aunque he de admitir que las había mas feas.
-Adiós apañado –me despedí entre risas, y colgué-

Esa misma noche se lo conté a mis padres, y les pareció buena idea, porque así según ellos me haría más independiente y aprendería a valerme por mi misma. Eso son cosas de padres, el caso es que le pareció bien.

[…]

Al día siguiente, después de las clases, me fui a comer con Valen por ahí para después irnos de compras.
La verdad es que ir de ella de compras es como ir de pasarela, empezamos a probarnos un montón de modelitos y andar imitando a las modelos, la verdad es que me lo pasé genial. Mientras estábamos en plena “pasarela” escuché mi móvil. Sabía que era Sergio, pero no era llamada, si no mensaje y decía: “Les parece bien, y a mi mucho más, así que, ¿te viene bien pasarte esta tarde un rato a la hora que sea? Estaré toda la tarde, porque, como es evidente, no puedo salir. Te espero, adiós angelito”

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